Según la leyenda, hacia el año 870, un noble alavés, Sancho Núñez de Guevara, pudo rescatar del vientre de Urraca de Pamplona, mujer de García Iñiguez de Pamplona, a un bebé al que llamó Sancho (Sancho Garcés I de Navarra) y mantuvo oculto hasta la renuncia al trono de su hermano Fortún Garcés.
Cuando las cortes de Sangüesa lo reconocieron como rey, Sancho apodó cariñosamente "Ladrón" a su salvador, dando origen al apellido Ladrón de Guevara.
El patronímico "Ladrón" ("Latro" en latín) es un apodo de origen incierto y legendario. El primero en utilizarlo fue el conde don Ladrón I señor de Guevara y de Oñate y conde de Álava en el s. XII, tronco del linaje Guevara. Se trata de un patronímico de utilización exclusivamente familiar. Muchas familias se preciaron en utilizarlo en virtud de su descendencia más o menos remota de esa familia, de la cual se enorgullecían.
En Álava muchas familias lo utilizaron, especialmente en la forma Ladrón de Guevara, denotando procedencia de esa familia, aunque casi siempre por línea bastarda.
En campo de oro, una garza de sable manchada de plata.
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