Se trata de un apellido gallego, que posteriormente se difundió por otras tierras de habla hispana. Cabe destacar que se extendió también por Aragón, por lo que algunos heraldistas señalan que es aragonés. Etimológicamente el apellido queda descrito en la obra de Josep Mª Albaigès "El gran libro de los Apellidos", donde se dice que Pardo procede del latín pardus, "leopardo", por el color oscuro de este felino. El término está documentado como nombre propio ya desde fines del siglo XI. Como voz común, adquirió diversas acepciones, siempre partiendo de la idea de "oscuro"; así, cuando menos desde el Siglo de Oro, se aplicó como eufemismo con el sentido de "sucio", y en Cuba tiene la acepción de "mulato". Las armas principales del apellido, según detalla Fernando González-Doria, son: en campo de oro, tres pinos de sinople.
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